Otro colapso

Desafortunadamente, debido al estrés laboral, mi estado maníaco volvió a hacerse evidente. Empecé a tenerle miedo a mi computadora de trabajo y dispositivos. A las 8:00 a.m. del 11 de mayo de 2017, fui a la oficina de Amazon en San Francisco para entregar mi computadora portátil, ya que estaba seguro de que mi jefe estaba monitoreando mis actividades en línea. También estaba seguro de que me había seguido el personal de seguridad de Amazon el martes anterior, en la oficina de Palo Alto cuando me reuní con mi jefe.

El jueves por la mañana, cuando intentaba devolver el hardware de Amazon, los agentes de policía de San Francisco me recogieron frente a la oficina y me llevaron al Hospital Dignity Health Saint Francis Memorial para una evaluación mental. En Dignity solicité repetidamente una transferencia al Hospital de Stanford para poder ver a mis médicos. Además, habían pasado menos de tres días desde que me habían liberado de Stanford. Dignity Health rechazó todas mis solicitudes. Era una sala de hospital extraña; Me sentí muy incómodo y acosado. Fui perseguido por otros pacientes. Estaba encerrado solo en una habitación que tenía unos anuncios ahí vi un graffiti anti-Donald Trump. Cuando salía de la habitación, empujaba mi andador hacia arriba y hacia abajo por los largos pasillos durante horas, perdiendo la cabeza (o incluso más de lo que ya estaba) e intentando encontrar una salida a ese agujero infernal Orwelliano. Las auxiliares de enfermería me parecían las únicas personas sanas de todo ese maldito lugar. No confiaba en mis médicos, ni siquiera en mis enfermeras. ¿Por qué debería hacerlo, cuando no me otorgaban mi transferencia a al hospital de Hospital Stanford? La comida apestaba. era mucho mejor la institución mental serbia, allí obtenía esos maravillosos platos serbios, como burek para el desayuno, ricos guisos o salchichas jugosas con abundantes papas para el almuerzo y delicias como el karađorđeva šnicla, conocido como el “sueño de la doncella” (debido a su forma fálica), para la cena. Me dieron muchas opciones de comida en Belgrado, recordé con mucha melancolía a mi estadía en ese centro de salud en serbia que no tenían comparación con la comida sin alma que se servía en Dignity “Health”.

Fui transferido sin mi consentimiento a la sala de hospitalización psiquiátrica, donde inicialmente fui retenido en base al código legal de California 5150, este código es un compromiso psiquiátrico involuntario y temporal para personas que son un peligro para sí mismas o para otros debido a algún antecedente de enfermedad mental. Esto fue seguido por un 5250, que establecía que este compromiso involuntario durara dos semanas; Estuve retenido durante casi 14 días. Dignity Health es el octavo proveedor de atención médica más grande de los Estados Unidos, sin embargo, cuando se trata de la sala de psiquiatría, no brinda mucha dignidad ni mucha salud a sus pacientes, según mi experiencia personal allí. Nunca había estado en una habitación de hospital con un graffiti, incluso el manual del paciente y la políticas de privacidad no habían sido actualizado durante décadas, tenían fecha de 2002. Les pedí a los médicos que quitaran el grafiti de las paredes, ya que lo encontraba ofensivo, repugnante y completamente incongruente con lo que debía ser una experiencia hospitalaria; Sospecho que mi ubicación en esa habitación en particular tenía la intención de provocarme una reacción negativa.

En mi último día en el hospital psiquiátrico, quitaron el graffiti.

Después de que finalmente me dieron de alta de Dignity Health, volví inmediatamente a las oficinas de AWS y entregué mis computadoras y memorias USB. La semana siguiente me registré en la sala de psiquiatría de la Universidad de Stanford para una evaluación adicional. Durante ese período, Amazon aprobó sorprendentemente mi licencia médica a largo plazo. La razón por la que dieron la aprobación fue la misma razón que habían citado previamente para negarme beneficios: discapacidad psicológica. Ahora estaba aprobado para una ausencia a largo plazo, pero solo por dos años. Mi última operación fue el 29 de noviembre de 2017. Hablé con mis médicos de Stanford y no creían que fuera lo mejor para mí, trabajar en un ambiente tan estresante y traicionero como AWS.