ETHICS IN TECH: LA FALTA DE ETICA EN LA TECNOLOGIA.

Durmiendo bajo la antena

By Vahid Razavi

Chapters

Colapso en Belgrado

Tan pronto como llegamos a un acuerdo, reservé un vuelo para ver a mis compañeros de trabajo y amigos en Belgrado. Quería explicarles lo que había sucedido y necesitaba un oído comprensivo. Mis queridos amigos en Serbia me recibieron con los brazos abiertos, durante esos seis años, conocí a sus familia las cuales me trataron como si fuera uno de ellos. Me encantó la hospitalidad, las sonrisas amistosas y la diversidad cultural de los Balcanes. Los grupos étnicos de la región han tenido grandes diferencias y problemáticas, pero para ser honesto, no puedo distinguir entre los pueblos de los Balcanes en cuanto que son personas muy amables, por ejemplo, en los Estados Unidos tengo un amigo querido que es croata, y desde Bosnia hasta Croacia y Serbia siempre me han recibido calurosamente. Esta vez no fue diferente, al menos hasta que las cosas comenzaron a salir mal.

Mi primera semana en Belgrado fue tranquila. Estaba concentrado en ponerme al día con viejos amigos y tratar de relajarme ante la hostilidad de CSC. Pasé esos primeros días volviendo a mi “vibra” de Belgrado, volviendo a familiarizarme con la ciudad y la vida que había dejado allí; entonces llegó el momento de concentrarme en algunos asuntos.

En la semana hablé con mis abogados. CSC había hecho dos solicitudes: además de compartir nuestro nombre con CSC, también estaría obligado a destruir todos los registros de cifras de ingresos compartidos por CSC durante la mediación. Pero la gota que colmó el vaso fue que ya no podíamos mantener nuestro activismo político contra CSC. Se nos pedía eliminar los sitios web CSCFraud y CSCSucks y dejar de usar los identificadores de Twitter asociados. A pesar de que nunca acordamos renunciar a nuestra libertad de expresión en el acuerdo final de mediación, ahora no nos permitían hablar negativamente sobre CSC. Nuestra actividad destacaba la crueldad despiadada de CSC y no tenía nada que ver con la disputa de la marca registrada de BizCloud; Nunca acorde en la mediación resolver mis posturas en Ethics In Tech o mis creencias personales contra CSC en la disputa de marca registrada. Apenas dormí esa noche. Estaba tan sorprendido y decepcionado por cómo había resultado mi caso con BizCloud. Hervía mi sangre tener que compartir el nombre de BizCloud con esos corporativos criminales inhumanos de CSC. La peor parte, además de tener que compartir nuestro nombre, fue dejar de investigar y revelar los crímenes y fechorías globales de la compañía.

Todo esto era muy difícil de procesar, se podría decir que esa noche perdí la cabeza; Pasé todo el día siguiente yendo a diferentes embajadas preguntándome cómo la propiedad intelectual y los derechos de libertad de expresión protegidos constitucionalmente podían ser arrebatados tan fácilmente. Para mí estaba claro que se trataba de un sistema judicial que solo sirve a los intereses de las grandes corporaciones y a sus propietarios súper ricos, y que no protegía a los negocios pequeños y a personas comunes que sufren tanto. Lo que siguió fue un colapso mental, justo allí en Belgrado. Ninguna embajada quería atenderme por un asunto tan impertinente, además que no tenía sentido reclamar en ese lugar; no estaba pensando claramente en ese momento, ahora parece una locura que fuera de embajada en embajada buscando ayuda, guía o incluso simpatía de personas que tuvieron tanto que ver con mi problema como un oso polar tiene que ver con Tahití, pero eso es lo que hice bajo el tremendo estrés emocional y la presión que sentía en ese momento. He olvidado a cuántas embajadas fui ese día, pero siempre recordaré que fue afuera de la embajada turca que llegó la policía serbia para ver qué pasaba con este iraní-estadounidense que visitaba las embajadas y reclamaba sobre el robo de propiedad intelectual y libertad de expresión.

Los policías serbios fueron educados y profesionales, pero no había forma de que me dejaran marcharme. No ese día, estaba claro que necesitaba ayuda, por lo que pidieron una ambulancia, en la que me llevaron a un hospital psiquiátrico serbio para mi evaluación. Ahí fue donde experimenté mi primer episodio maníaco. El hospital era oscuro y me inquietaba, me ataron a una cama como lo hacen los médicos en las películas. Mis ataduras eran tan fuertes que ni siquiera podía moverme. La pérdida de libertad y ansiedad sobre qué harían después era aterrador, imaginaba lo peor en mi cabeza. Imagine usted estar atado en un hospital psiquiátrico extranjero sin aliados ni medios de comunicación efectiva. Luego, las enfermeras intentaron administrar un sedante para dormirme, pero me resistí y rompí la jeringa con el pulgar; Estaba aterrorizado, después de todo, había investigado sobre las atrocidades cometidas por la CIA en la región, principalmente en su programa de rendiciones extraordinarias. También sabía muy bien que la CIA pagó a CSC para transportar sospechosos de terrorismo. En mi estado maníaco, no tenía idea de si realmente estaba detenido en un hospital psiquiátrico serbio o si estaba a punto de ser secuestrado, encapuchado y sodomizado antes de ser llevado a algún centro clandestino. Tenía mucha sed y le gritaba a la enfermera, estaba oscuro sufrí un ataque de pánico exacerbado por la manía. Esa fue una de las noches más largas de mi vida.

A la mañana siguiente desperté en una sala psiquiátrica bien administrada, llena de pacientes en una habitación grande. Había roto mi ropa durante la lucha de la noche anterior cuando las enfermeras me habían atado a la cama y sedado. Una enfermera me ofreció ropa, pero la rechacé y en su lugar caminé envuelto en sábanas de hospital. Una y otra vez seguía pensando en cómo me decepcionaba abrumadoramente que una pequeña empresa como la nuestra no tenía ninguna protección de marca o propiedad intelectual, algo que los grandes jugadores daban por sentado. Me decepcionó aún más que tuviéramos que conformarnos con una empresa como CSC. Ahora, si alguna vez te encuentras en un hospital psiquiátrico serbio, te ofrezco dos consejos. Primero, no sonrías. La gente en los Balcanes simplemente no sonríe tan a menudo en este tipo de situaciones. Dudo si alguien realmente lo hace, pero esto es especialmente cierto en Serbia. Si sonríes demasiado en el hospital psiquiátrico, podrían pensar que estás realmente loco. En segundo lugar, asegúrese de pedirle a sus amigos y familiares que le traigan cigarrillos. Todos, y me refiero a todos, fuman en el hospital, desde el director y los médicos hasta los ayudantes y el cocinero. Los cigarrillos son una excelente manera de hacerse amigos de otros pacientes y el personal, mientras que fumar, hace que el tiempo pase más rápido. Tuve la suerte que durante los primeros días mi hermano mayor me visito desde los Estados Unidos, él fue mi fuente de cigarrillos a pesar de que nunca ha fumado, y hasta el día de hoy me da conferencias sobre los peligros y los efectos nocivos del tabaquismo.

Mis días los pasé hablando de baloncesto de la NBA con los otros pacientes de la sala, los serbios aman el baloncesto. Usted podría recordar que Yugoslavia, siendo Serbia el componente principal, superó a Estados Unidos al ganar tres campeonatos mundiales de baloncesto en la década de 1990 y en el principio de la década del 2000.28 Incluso durante los días más oscuros de las relaciones entre Estados Unidos y Serbia, los serbios todavía veían partidos de la NBA, animando a Peja Stojaković, Vladimir Radmanović, Marko Jarić y otras estrellas locales junto con sus jugadores estadounidenses favoritos. Están locos por el baloncesto en Belgrado, y el deporte demostró ser un excelente rompehielos, así como una excelente manera de pasar el tiempo y el tedio de la institucionalización. También salía bastante con una anciana que siempre intentaba robar mis cigarrillos. Debía tener 65 años y parecía una dulce anciana que podría haber sido mi abuela. Ella fingía interés en mí y en mi situación con la esperanza de sacarme cigarrillos cuando bajaba la guardia, pero lo toleraba porque era agradable y estaba aburrido.

Todos los que conocí en el hospital fueron amables, y eso incluye al personal, que nunca me maltrató. Después de que la paranoia de la primera noche había disminuido, finalmente cedí a las inyecciones nocturnas. Después de una semana, fui liberado y facturé € 1,200 (alrededor de $ 1,600 en ese momento) por una semana completa de tratamiento, alojamiento y comidas. Más tarde supe que esta era un buen precio en comparación con las tarifas en los Estados Unidos.

Durante mi última noche en Serbia tuve la oportunidad de ver a un par de colegas. Les di el equipo de producción de video de BizCloud y nombre a nuestra editora principal Marijana a presidenta de la compañía. Simplemente no quería asociarme de ninguna manera con las tortuosas prácticas comerciales de CSC.

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